domingo, 8 de septiembre de 2013

Epílogo: CAPRI

Esperé unos segundos para salir y me dirigí de nuevo hacia la sala donde había dejado a los chicos.

YO-Chicos, mi tren de vuelta a Madrid sale en media hora. Tengo que irme.
ZAYN-¿Irte adónde?
LOU-Tú te vienes a Londres con nosotros.
YO-Jajajajajajaja pero mi madre…
NIALL-A tu madre la llamo yo, ya hemos perdido demasiado tiempo como para que ahora tenga que estar persiguiéndote de ciudad en ciudad…

Sonreí y le regalé el billete de tren a la primera persona que pasó por la puerta del camerino. Una hora después estaba montada en el jet privado de los chicos bebiendo mojito y comiendo chucherías en copa de cristal. Todo volvía a ser como antes, como siempre. No dejé de reírme en todo el trayecto con los Vines de Harry y Zayn, y ellos no dejaron de brindar por mi regreso.

Llegamos a Londres pasadas las dos de la mañana y Paul y Preston fueron llevándonos a casa a cada uno. Me bajé del coche llena de melancolía al abrir de nuevo esa puerta y ver el salón tal y como lo había dejado el día que me marché. Niall me abrazó por detrás al ver que estaba sensible y susurró:

-No sabes cuánto te he echado de menos.

Han pasado ya un par de semanas desde que ocurrió todo aquello. Hoy el calendario marca 13 de Septiembre de 2014 y Niall cumple 21 años. Os contaré que ayer a las 12 de la noche, cuando estaba a punto de felicitarle y darle los regalos, entró en la habitación con un sobre en la mano.

-Esto es para ti.
-Niall, ¿no se supone que en tu cumpleaños yo soy la que te da las sorpresas?
-Jajajajajajaja ¿desde cuándo tú y yo seguimos las normas?
-Jajajajaja ya pero…
-Considéralo un autoregalo que jamás hubieras acertado.
-A lo mejor lo hubiera acertado si tú no te lo hubieras ‘autorregalado’.
-Calla y ábrelo.

Lo hice. Aparecieron ante mí dos billetes para Capri el 13 de Sept.

-Niall…
-No sé si lo recordarás, pero al principio del todo – creo que no llevábamos ni un mes- estábamos en clases de guitarra y tú dijiste que nos imaginabas en Capri, en una casita de pueblo y buceando todo el día.

Sonreí sorprendida de que se acordara de algo así.

-Necesitamos tiempo para nosotros y para alejarnos de todo lo que ha pasado últimamente. Estuve pensando métodos para huír de los paparazzis et voilà, felices 21.
-Jajajajajajajajaja no vale que te lo digas a ti mismo.
-Es que estoy intentando esquivar que me cantes el cumpleaños feliz.
-Qué ataque tan gratuito. Te dejaría si no fuera tu día…

Ahora mismo me encuentro con él en la terminal esperando a que nos dejen embarcar. He de reconocer que no ha sido hasta hace unos minutos cuando he recordado mis palabras de aquel día de guitarra:

“Alquilaríamos un barquito para nosotros solos, y pasaríamos el día debajo del agua y de las sábanas. Aprenderíamos italiano, compraríamos una casita en lo alto de la montaña y bajaríamos al pueblo a comer. Luego cenaríamos en la playa, vestidos de blanco… “

Supongo que estaba equivocada el día que me fui.
Supongo que Londres empieza a ser un poco mi casa.
Supongo que, al final, este si es mi mundo.




The end

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Capítulo 104: SHE’S BACK

Al escuchar eso y verme sujetando la canción, Niall lanzó su micrófono bruscamente contra el suelo y aceleró el paso hacia mí. Sujetó mi cara entre sus manos, mirándome como si tuviera miedo de que volviera a desaparecer… y entonces me besó. No sé describir lo que sentí. Por una parte me arrepentía de estar allí otra vez con él y de haber perdido dos meses de sufrimiento para nada, pero por otra –y siendo realistas- le echaba de menos más de lo que podía soportar.

En medio de ese beso, y mientras mi mente divagaba, Liam apareció con una sonrisa burlona.

-Chicos…

Nos separamos intentando no descojonarnos y escuchamos lo que tenía que decirnos.

-Hemos hecho todo lo posible para entretener al público, pero… los micrófonos.

Miramos el mío y el de Niall, que ahora yacía en el suelo.

-Estaban encendidos.

A Niall y a mí se nos borró la sonrisa instantáneamente, nos miramos, miramos luego a Liam y al mirarnos de nuevo estallamos en carcajadas.

-Será mejor que subamos ya- dijo Niall finalmente.

Ascendimos los andamios nuevamente hasta llegar a los elevadores del escenario, nos colocamos cada uno en uno y Liam fue el primero en subir, no sin antes haberme guiñado un ojo.

-¿Tienes miedo?- dijo Niall.
-Estoy acojonada.
-Por las fans o por nosotros.
-Por ambos.

Hablaba en serio y Niall lo sabía, por eso cogió mi mano y la apretó fuerte en señal de apoyo. Después nos separamos y esa especie de ascensor comenzó a subir, hasta que aparecimos en medio de los chicos y de frente a una multitud que, boquiabierta, guardaba silencio.

Noté como mi estómago se derretía, la garganta se entumecía y las piernas parecían desaparecer contra el suelo, pero entonces, cuando creí que iba a empezar a vomitar en escena, Niall me dio la mano y me atrajo hacia él, con gesto firme y decidido.

Y entonces ocurrió. La gente empezó a aplaudir como si no hubiera mañana, a silbar, a vitorear, a felicitarnos. Los chicos se unieron al aplauso y empezaron a mirarme con ternura, agradeciéndome con los ojos haber vuelto. Miré a Josh pidiendo socorro por la vergüenza que me daba aquella situación, y él, obediente, comenzó a tocar What makes you beautiful, la canción final.

Aproveché el movimiento de los chicos y el estallido de globos y confeti para escurrirme hacia el backstage y esperar a que acabara el concierto. Estaba dando saltitos infantiles de felicidad cuando dos voces sonaron a mis espaldas.

-¡Carol!
-¡Paul! ¡Preston! Cómo me alegro de veros.- dije abrazando a cada uno.
-Y nosotros a ti.
-Se notaba mucho tu ausencia, no te imaginas cómo estaba Niall la primera semana.
-Todos estaban decaídos.
-Jajajajajaja era como si alguien hubiera muerto.
-Bueno, por suerte o por desgracia sigo viva y he vuelto.

Todos reímos. Las luces se apagaron e inmediatamente los cinco chicos bajaron corriendo a abrazarme.

LIAM- Por favor, dejad que la abrace yo primero- dijo acercándose a mí y estrujándome contra él.
LOU-No te imaginas cuánto te hemos echado de menos.
HARRY-Oh venga, basta de cursiladas.- se rió, y al igual que el resto me abrazó.
ZAYN-Sabía que volverías…- susurró a mi oído, y me besó en la frente después.

Nos quedamos todos juntos un rato más, después se fueron desperdigando en las duchas, comiendo, persiguiéndose con botellas de agua… Sabía que aún me quedaba una converación pendiente que no podía obviar: Harry y yo nos habíamos besado el día de mi fuga y yo le había dicho que le quería.

Fui buscando por los pasillos hasta que alguien del equipo me indicó amablemente que posiblemente estaría en los vestuarios. “¿Por qué cada vez que tengo que hablar de algo serio con él está sin camiseta?” pensé.

-Eh eh eh señorita, ¿sabe que estos son los vestuarios de chicos?

Sonreí para mí misma antes de girarme; Harry me había encontrado a mí y me observaba sin camiseta y con una toalla enrollada a la cintura.

-Tiene razón, debí haber buscado a Harry Styles en el de chicas.- dije guiñándole un ojo.
-Uhhhhh golpe bajo.

Me reí y esperé a que corriera a abrazarme, era algo que sabía que haría. Él también me conocía lo suficiente como para saber que le estaba buscando para aclarar todo lo que había pasado, así que me llevó dentro del vestuario y nos sentamos en uno de los bancos. Fui yo la que comenzó a hablar.

-Enséñamelo.
-Pervertida…
-Jajajajajajajajaja ¡idiota! Sabes a lo que me refiero…- le cogí entonces de la mano y él giró la muñeca lentamente dejándome ver el “B07”.
-Por qué lo hiciste.
-¿Te molesta?
-Jajajajaj pues claro que no, me encanta. Pero no sé, ya no vas a poder quitártelo…
-Tampoco quiero.
-Ya, eso dijiste con 28 de los 100 tatuajes que llevas hechos, y luego mira…
-No me arrepentiré de llevarte en la muñeca, si eso es lo que te preocupa.- dijo con gesto dramático.
-Jajajajajajajaja de acuerdo, tú ganas.
-Como siempre.

Me quedé mirándole a los ojos sonriendo unos segundos.

-Te echaba de menos Hazza.
-Y yo a ti…

Acaricié el tatuaje con mi dedo pulgar.

-Carol.
-¿Sí?
-Quiero contarte una cosa.
-Claro, te escucho.

Harry se aclaró la voz y tardó unos segundos en empezar. Después se rascó la parte de la nariz que da a la cuenca del ojo. Sabía que eso significaba miedo a decirme algo, así que le obligué a que me mirara a los ojos presionando su barbilla suavemente.

-Harry puedes contarme lo que sea. Vamos.
-Está bien. He… he conocido a alguien.

La noticia chocó de lleno con mis narices, pero al contrario de lo que pensaba y sorprendentemente me alegró. Me alegró muchísimo. Se lo merecía tanto…

-¡Harry! Eso es genial…
-¿En serio? Quiero decir, ¿te parece bien? ¿No te… molesta?

Sonreí; tan atento como siempre…

-Pues claro que no amor. Es más, quiero saberlo todo de ella.
-Ya sabes mucho de ella.
-No entiendo…
-Cuando te diga su nombre lo harás. La conocí en una fiesta benéfica. Estaba sentada en la barra y me acerqué a decirle cuánto la admiraba. Nos quedamos hablando casi 2 horas. No volví a saber de ella hasta que una semana más tarde me la encontré en la panadería. Quise pagar yo sus pasteles, pero no me dejó, así que le dije que me veía en la obligación de invitarla a un café. Aceptó, intercambiamos los números y… bueno, llevamos viéndonos casi un mes. Es una chica increíble y creo que puede funcionar.
-Debe de ser guapísima…
-Lo es jajajajajajajajaja Y mayor también.
-Pero ¡vamos Hazza! Dime ya quién es.
-¿Preparada?
-¡No, pero venga!
-Jajajajajajaja de acuerdo… Redoble de tambor…
-Harry Styles por dios.
-Emma.
-¿Qué Emma?
-Emma Watson.

Creí caerme de espaldas contra las taquillas.

-¡¿QUÉEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE?!
-Jajajajajajajaja sabía que reaccionarías así.
-Pero cómo voy a reaccionar Harry, si… si… si esa chica. DIOS.- no me salían las palabras.
-Lo sé, todavía no entiendo cómo pero…
-Vale. Creo que ya estoy mejor. Tengo que preguntártelo.
-El qué.
-¿Ya habéis…?
-¡Carol!
-Jajajajajajajajajaja ahora ya sabes cómo me siento yo con tus preguntitas.
-No.
-¡¿NO?!
-No jajajajajaja
-Pues sí que te tiene que gustar…
-Yo soy un caballero cuando quiero.
-Jajajajajajajajajaja ya veo ya.

Seguimos hablando un rato, luego llegó el momento de volver con los demás. Harry se levantó para terminar de vestirse y yo tararée la BSO de Harry Potter. Él se rió, se acercó a mí y me dijo al oído:

-Aun así has de saber que a ti siempre te querré, y que la muñeca no es el único sitio en el que te llevo.


Se giró y desapareció así, like a boss, like a Harry. 

lunes, 2 de septiembre de 2013

Capítulo 103: THE LAST SONG

Pagué toda mi furia y nerviosismo contra el micrófono; apreté y apreté hasta no saber muy bien qué se rompería primero, si mis dedos o el mango. El caso es que me recorrí en cuestión de segundos y sin apenas respiración todos esos andamios que subyacen bajo el escenario y a los que supuestamente no tenía acceso. Mientras corría intentando escapar del instante que acababa de vivir lloré de tal forma que creí que mi garganta o mis ojos reventarían la próxima vez que cogiera aire. Finalmente, encontré una plataforma que se ocultaba tras una cortina de terciopelo negro y allí me quedé, arrinconada abrazando mis rodillas.

Pude oír cómo los chicos improvisaban un diálogo acerca de Larry Stylinson, una especie de entrevista a Harry y Lou para salvar la situación. Pero la voz de Niall no sonaba entre las demás, y supe entonces que me había seguido y que era cuestión de segundos que me viera. Así.

En efecto, sus manos descorrieron la cortina, y aunque sus ojos –también rojos y empañados- mantuvieron las distancias, su voz no tardó en hacerse presente.

-¿Vas a decirme ahora también que estás enamorada de otro?

Esas palabras se grabaron a fuego en mis oídos, y no supe adivinar si el  tono que usaba Niall era de enfado, de rabia, de esperanza o de reproche. Decidí guardar silencio y girar la cara.

-¿Por qué lloras de esa manera si estás enamorada de otro? ¿Eh?

De nuevo, silencio.

-¡¿Tampoco hoy vas a darme explicaciones?! ¿Piensas quedarte ahí y esperar a que me dé la vuelta para desaparecer de nuevo? ¿En eso consiste tu táctica?- gritó.
-¡NIALL POR FAVOR, BASTA! Basta…- grité al borde de la asfixia.
-¡No! Esta vez no… Quiero saber cómo es. Quiero saber qué es lo que tiene para que lo dejaras todo por él. Para que me dejaras tirado. Cuántos años tiene, dónde vive, a qué se dedica… Cómo cojones es para que se llevara al amor de mi vida…

Su voz se alzaba por momentos hasta el punto de dar miedo. Mis oídos se taponaron, y las manos me dolían tanto de apretar los nudillos que solo me quedó estallar y hacerme oír por encima de sus gritos.

-¡JAMÁS SABRÁS CÓMO ES PORQUE NO HAY NADIE! ¿Lo entiendes ahora? NADIE. Nunca hubo nadie y nunca lo habrá. Me lo inventé todo.

Me atraganté con la última frase y empecé a toser hasta el punto de creer que me quedaba sin pecho ni pulmones. Esa era justo la respuesta que Niall estaba buscando, y una vez la hubo escuchado dejó que sus lágrimas fluyeran lentamente y recobró su tono de voz normal.

-Y entonces por qué te fuiste…
-Porque estaba cansada… Estaba cansada de sentir que me estaba aprovechando de un mundo que no era mío, de despertarme con la incertidumbre de no saber si todo eso era real; de discutir contigo día y noche y que me diera igual los días que tardaras en llamarme. Te estaba robando la vida Niall… lo habrías dado todo por mí cuando tu prioridad tenía que ser la música.
-Pero eso era elección mía.
-No Niall, tu carrera no es ninguna elección. No hay opciones. Estás viviendo tu sueño, tuyo, y me gustaba compartirlo, de verdad, pero no te dabas cuenta de que mi mundo era otro. Yo no puedo dejarlo todo atrás de la noche a la mañana y esperar convencerme a mí misma de que todo ese dinero, toda esa fama, toda esa… locura es mérito mío. Porque no lo era.
-Pero la fama nunca ha sido un problema para ti, querías ser actriz…
-Y sigo queriendo. Ahí esta el problema; que aun no he hecho nada para serlo. Miro atrás y todo lo que tengo es un año de carrera lleno de lujos irreales que no eran míos y un examen suspenso. Fin del inventario.

Después de esas últimas palabras que había pronunciado en tono pesimista ambos guardamos silencio unos minutos. Niall fue el primero en romperlo.

-Pues te equivocas.

Le miré desconcertada y sin ningún ánimo de seguir escuchando lo que tenía que decirme.

-Dices que te fuiste porque me estabas “robando” la vida. Que la estabas ocupando de manera injusta. Pero ¿te digo una cosa? Te llevaste mi vida  el día en que desapareciste por la puerta con todas tus maletas y un supuesto nuevo amor.

Le miré fijamente incapaz de decir nada más.

-Pero también tienes razón en eso de que no has tenido tiempo para ti, así que sería egoísta pedirte que regresaras. Solo espero que algún día encuentres a ese “otro” y él pueda darte la tranquilidad que conmigo no conseguiste.

-Niall no hagas eso.

Me miró confundido.

-¿El qué?
-No me desees lo mejor, sabes que ni lo merezco ni me lo deseas.
-Por qué dices eso.
-Porque es la verdad. Para empezar soy una mentirosa, una mentirosa que luego no es capaz de apechugar con sus decisiones. Y en segundo lugar deberías odiarme; te dejé tirado…
-No te odio.
-Pero estás enfadado, y tú y yo sabemos que no es solo por toda esa trola del “otro tío”. Ambos somos conscientes de que las cosas entre nosotros hacía tiempo que no estaban bien, y eso es lo que más te cabrea… que probablemente, si ahora me tiro a tus brazos y volvemos, las cosas volverán a ir mal tarde o temprano.
-Así que ya te has rendido ¿no?

Al no obtener respuesta alguna Niall se giró y se dispuso a regresar al escenario. Yo estaba paralizada en esa tarima, sin saber si sentirme culpable o satisfecha por haber terminado para siempre con nuestra relación. De repente, un papel doblado en cuatro partes resbaló del bolsillo de Niall, y no sé por qué me levanté a recogerlo solo para devolvérselo. Quizás necesitaba oír su voz dirigirse a mí una vez más.

-¡Niall! Se… se te ha caído esto. Quizás sea importante…
-Ah… gracias. Lo era, pero ya no tiene mucho sentido.

Le tendí el papel con gesto de incertidumbre por no entender bien a qué se refería.

-Es una canción que escribí el día que te fuiste.

Noté que la respiración volvía a fallarme.

-Tardé toda la noche en conseguir que rimara y desde entonces no la he vuelto a tocar. No quiero corregir una sola nota porque así es justo cómo me sentí. Gilipolleces de cantante me imagino… Nadie la ha leído, ni siquiera yo me atrevo a abrirla demasiado. Pero siempre la llevo conmigo; creo que en el fondo esperaba que algún día volvieras…

Enmudecí. Palidecí.

-Puedes quedártela, es… era para ti. Haz con ella lo que quieras.

Se giró y supe entonces que esa era nuestra despedida definitiva. Desdoblé rápidamente la hoja de papel y leí cada verso dos veces antes de confesarme a mí misma que seguía enamorada. Hasta ese momento no había tenido los cojones de admitirlo. Que le quería con todas mis fuerzas y que no encontraría a nadie igual era un hecho, pero tenía la esperanza de seguir con mi huída hasta superar del todo nuestra historia. Me había imaginado estudiando de nuevo en España, enamorándome de algún chico de la facultad y desapareciendo poco a poco de las redes sociales. Pero después de leer esa canción mis piernas reaccionaron por sí solas y echaron a correr de nuevo, esta vez detrás de Niall.


-¿Todavía estás dispuesto a querer a una actriz?